sábado, 12 de mayo de 2012

La Verdad Nos Hará Libres

El hecho podría clasificarse como alarmante y plausible.
Que un grupo de estudiantes universitarios reciban a un candidato a la presidencia de la republica con pancartas, odas y señas de repudio, que sea conocido y difundido, tal vez no tenga precedentes en las campañas políticas en este país.
Me refiero a la visita del candidato a la Precedencia por el partido del PRI en alianza con el Verde, Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana. Se trata de un evento que marcará por siempre a Peña Nieto, a la Universidad, a su alumnado, a las campañas políticas y a quien usa las redes sociales.
Todo empezó ahí, un grupo de jóvenes advertidos de la visita de Enrique alentaron a sus compañeros mediante Facebook a manifestarse en contra de la exposición del candidato. Al día siguiente la respuesta no se hizo esperar y puntales a la cita, desde su llegada, en el desarrollo, conclución y salida del hombre, se dejaron mostrar. Los gritos en especial y lo del baño se me hace morboso y demás, y como siempre, es lo de menos, y no lo abordaré.
Cualquiera podría entender que una Universidad es un instituto de cultura y sabiduría, dónde el conocimiento emana y se difunde, un espacio inconcebible para la vulgaridad, el desorden, la calumnia y la falta de respeto. En muchas ocasiones, el conocimiento surge  del confrontamiento de ideas, de su debate, discusión y resolución, pero siempre en un tono cordial y en pro del beneficio.
Pero son jóvenes, y no es por justificarlos en alguna medida, sin embargo a lo largo de los años, la juventud se ha caracterizado por hacerse notar e iniciar causas nobles y justas, como en los años 60 y 70, donde las marchas y tantos eventos han brindado esa imagen de vivos, activos y siempre intencionados. Sin ir tan lejos, en años anteriores, las reformas educativas en el país de Chile provocaron que los estudiantes tomaran las calles en voz de sus demandas y necesidades. Pero es la juventud la que más se manifiesta, tal vez impulsada por ese espíritu incorruptible de querer lo mejor y lo justo, y más cuando viene de un universitario, como aquella canción de “Me gustan los estudiantes”.
Aunque cabe resaltar, que no todo movimiento juvenil por ser universitario sea bueno per se, pero bueno, en fin, este no es el caso. Es poco común que los candidatos se acerquen a las universidades, y cuando lo hacen deber ser atendidos con el respeto y atención como de cualquier ponente, y más en tratándose de la presidencia, ya que para eso hacen campaña, para ser escuchados y en su caso ser cuestionados, de forma correcta, sobre sus propuestas. Al final el juicio de la preferencia del voto es de cada quien, y no es necesario la ofensa y griterío para demostrar un preferencia o recahzo, eso se desahoga en la urna.
Cualquiera puede hacer uso de su derecho fundamental de expresarse, y más aún de mantenerse informado y solicitar justicia, pero todo derecho conlleva una responsabilidad para ejercerlo, y no se puede hacer perturbando  a otro, sin importar que se tenga la razón o no. Es por eso que este hecho es un tanto lamentable, por la agresión, no necesariamente física, pero si ese sentimiento de rechazo y repudio que fue evidente.
Por otro lado, el hecho de que se diera conocer gracias  a la intervención de las redes sociales, tal vez en otra época nunca nos hubiéramos enterado de lo que pasó, y sería un mito o leyenda urbana, tal vez la noticia sería que Nieto estuvo en Amecameca con una comunidad de floricultores y todos lo creerían.
Anteriormente, un periodista podría decir que el cielo era rojo, y no habría nadie que lo negará, por lo tanto, alguien que quería ser escuchado o ser noticia, tenía que contar con la aprobación, apoyo y mención de un periodista para saltar a la vida pública, hoy ya no es así, ya que las redes sociales se vuelven la fuente y no el periodista, es decir, si  se difunde una nota o evento por twitter, no es necesario que un periodista la confirme, ya que la propia sociedad se da por enterada, y en cambio, un periodista se ve ridículo al tratar de desmentir, ocultar o censurar una nota.
Por lo anterior y por mucho, este hecho es un verdadero hito en la vida política del país, en otro momento esto hubiera sido reprimido, censurado y castigado, hoy no, y debemos conservar eso. No podemos aceptar volver a un régimen de de opresión, sea con quien sea y del color que sea, y digo volver, no por mencionar los tiempos del PRI, sino por las situaciones.
Por último, reconozco el valor de los jovenes, pero no los premios, y sobretodo que la Universidad no reprima a sus estudiantes, pero habrá que decir que no fue la manera.
Es nuestra obligación como ciudadanos entéranos y ser participes del proceso electoral, ya que es nuestra obligación elegir a un líder y sobre todo su proyecto e ideología, solo un verdadero estudio y reflexión nos acercara a una mejora notable, como dirían en esa institución de ladrillos colorados “La Verdad Nos hará libres”

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