martes, 20 de septiembre de 2011

La Travesía del Montserrat

              Así como ellos yo también me aventuré. No fue difícil, asistí por invitación a la presentación de un libro en una sala del Senado de la República, en el evento me fuí un poco enterando de qué línea seguiría el texto pero nunca me imaginé lo absorbente, interesante y emocionante que sería.
                No cabe duda que muchas veces el mayor obstáculo a vencer en los retos de la vida es uno mismo. En una España que recién vive y descubre los pesares del Franquismo, nueve osados  que unen sus talentos y conocimientos, forjados en los astilleros de Vizcaya, para realizar una de las travesías marinas más épicas de la historia: Cruzar el Atlántico con la sola bendición de Dios y plegarias de sus familiares.
                La historia se inicia justo a la mitad del siglo pasado, donde el balandro de nombre Montserrat es botado a la mar y se fija el curso hacia el puerto de Veracruz, tierra anhelada en sueño por su libertad y hospitalidad brindada. El tiempo de travesía es superado por lo calculado pero la meta se alcanza.
                Sin embargo, el día de hoy no sabríamos nada sobre este hecho trascendental si no hubiera sido por la tinta y hoja de Don Félix San Mamés Loizaga, quien a lo largo de noventa y un días de travesía nos relata los eventos, aventuras, encuentros, peripecias y sin duda una hileada de hermandad que deja a quien lo lee un sentimiento de satisfacción, jubilo y nacionalismo incomparable e indescriptible. Al leer el Diario de Viaje se pueden sentir las brisas saladas y el oleaje en el pecho, se puede acompañar a los marinos y sobre todo en el estómago se sienten el saltar de creaturas marinas que impiden dejar se sortear las corriente producidas por las paginas.
                Da gusto como mexicano leer que en nuestro país se reciben con los brazos abiertos a áquellos que busquen un territorio de libertad. Da emoción que muchos hayan escogido este país para radicar a quienes mientras en sus patrias sufrían del exilio voluntario u obligado. Pero lo que más gusto da es que se integraran a la vida nacional y en manera de agradecimiento contribuyeran con su avance y sobretodo dotaran de ciudadanos leales  y comprometidos con el país residente.
                Lo anterior, porque orgullosa y gustosamente, tengo el honor de conocer a una de las nietas del nuestro cronista quien compartió con su servidor dicha aventura, y a quien infinitamente agradezco. Por los frutos se conocen a los arboles que los proveen, y puedo decir que éste es uno de los mas frondosos, fuertes, mágicos, bellos, grandes, honorables y limpios, de lo que yo haya conocido.

               Esta por de más invitar a  la lectura de este atractivo y bello relato, que es muy agradable a la vista y cómodo de leer y seguir, ya que es total y ampliamente recomendable. Traten de conseguir el libro, espero támbien pronto decirles dónde.
                ¡En Hora Buena Lorena! Deseo que la obra de tu abuelo sea conocida y reconocida por muchos, porque es muy digno de ello.

1 comentario:

  1. Amigo muchísimas gracias por tus palabras! Se me salieron unas lágrimas por tan bellas líneas.
    Me encantó la reseña, no había tenido oportunidad de leerte, pero quiero que sepas que me encantó tu estilo!
    Te mando un gran abrazo con mucho agradecimiento y con mucho cariño.
    Te quiere mucho tu amiga Lore.

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